En este libro Javier Cercas nos narra la historia del fusilamiento de Rafael Sánchez Mazas de una forma, en mi opinión, un tanto caótica. Baso mi opinión en la cantidad de críticas y alabanzas que se contradicen y que un mismo personaje recibe así como en la forma poco menos que esperpéntica que utiliza para presentarnos estos hechos entremezclados con su vida o, por citar algún ejemplo, con la posibilidad de si su novia llevaría ropa interior en un determinado momento o no. A mi parecer esta obra no sobrepasa el nivel de libro del montón que tanto se afana por superar el autor, como el mismo nos explica en su fárrago biográfico, autobiográfico o sobre como intento escribir un libro histórico.
Apartándonos de la forma en que el escritor expresa sus ideas existen en el libro algunos hechos interesantes que me dirijo a exponer.
Primeramente hablaré sobre una situación que se produce a diario en nuestra sociedad, los favores. Los favores, como su definición expresa, son una ayuda o un socorro que se concede a alguien, pero yo creo que en nuestra sociedad la definición estaría incompleta y un favor sería una ayuda o un socorro que se concede a alguien y del cual se espera obtener un beneficio. Esto queda de manifiesto en el libro cuando Rafael Sánchez Mazas es ayudado, por ejemplo, por los amigos del bosque porque este les ofrece una recompensa evitándoles la cárcel, también podemos observar este hecho cuando Rafael es ayudado por María Ferré y su familia gracias a que este les ofrece una gran recompensa económica. Estoy convencido de que el número de personas con un espíritu bondadoso capaces de conceder un favor a los demás gratuitamente es irrisorio frente al número de personas incapaces de conceder un favor sin que exista la posibilidad de obtener un beneficio de este.
Otro tema interesante es una reflexión llevada a cabo por el autor y otras personalidades en esta obra y es la figura del héroe. Estoy de acuerdo con Roberto Bolaño cuando dice que un héroe es una persona que hace lo que tiene que hacer y cuando lo tiene que hacer y que por ello es prácticamente imposible ser un héroe durante mucho tiempo, porque nadie es sublime. Sin embargo estoy en total desacuerdo con Miralles cuando expresa que los héroes siempre están muertos y en mi opinión lo que sucede es que la mayoría de los héroes se recuerdan cuando ya están muertos.
También me parece cautivadora una circunstancia que marca la vida de Rafael Sánchez en muchas ocasiones y que la gente denomina suerte. Yo no creo en la suerte ni en las casualidades y opino que la suerte hay que buscarla. Hay que buscarla y no esperar que toque nuestras vidas día tras día sin hacer nada por encontrarla. No creo que la suerte sea algo de lo que un ser superior nos dota o no al nacer sino más bien una característica más de las personas trabajadoras y que ganan lo que otros llaman suerte con su esfuerzo y tesón.
Para finalizar comentaré la frase <un país civilizado es aquel en que uno no tiene necesidad de perder el tiempo con la política> atribuida en el libro a Miguel Aguirre, el secretario del alcalde de la localidad de Bañolas. Nada más cerca de la realidad que esta frase en la que se resume toda la política. Esta no debe ser importante para la gente porque todas las ideologías políticas deben basarse en dar lo mejor para el pueblo y dirigirse hacia el mismo punto de vida placentera y sin preocupaciones de si un partido político roba más, trabaja menos o busca mas poder que los demás.
En resumen este es un libro no muy bien estructurado pero que presenta algunos asuntos que pueden resultar interesantes al lector.